La desdicha del hombre invisible
Conozco a una persona que, de la noche a la mañana, se hizo invisible. Y casi se arruina.
Casi, pero no. Te voy a contar cómo sucedió y como se salvó sobre la campana.
Tiene un negocio en el que ayuda a personas en temas de salud. Visto así está bien, o debería. Lo digo porque, aunque es un sector en el que igual hay piratillas y aprovechados, no es su caso.
Es profesional, son sus titulaciones oficiales, y un prestigio bien ganado. Trabaja con rigor y ayuda de verdad.
Y cobra por ello, claro, eso también está bien. Vender, cobrar. Todo normal.
Y todo bien.
La cosa marchaba: clientes que pagan, que mejoran, que lo recomiendan… Genial. Es normal que apostara por crecer. Hizo algo que se lleva mucho: un lanzamiento.
Supongo que sabes como va, mucha pasta en muchos sitios: campañas en Facebook Ads, emails, afiliados, entrevistas…
Cada jugador tiene que coordinarse perfectamente con el resto. Todo va sincronizado, como un reloj con calendario, en el que hay 2 fechas en rojo. Entre esas 2 fechas sientes la tensión como un revolver en la nuca.
Así que un lanzamiento es para jugadores con nervios de acero.
Es que, solo entre esas 2 fechas entra pasta, y están al final. En esas fechas lo que puedes hacer es poca cosa, el dinero no depende de lo que hagas ahí, depende de lo que has hecho antes.
Todo lo de antes está programado hacia atrás, a partir de esas 2 fechas, y para poder hacer cada jugada, cada participante tiene que haber cumplido su parte bien y a tiempo.
Lo normal es pasar meses preparando tus jugadas. Luego semanas jugando tus cartas, y poniendo dinero sobre el tapete. Más cartas, más dinero, sin recoger un solo €.
Y cuando se abre el carrito empiezas a recoger, todo durante solo unos pocos días.
Pues bien. A mitad de la partida Facebook se levantó de la mesa, cogió la pasta y se largó.
Sin más explicaciones, Facebook deja la partida.
Es en ese momento cuando te vuelves invisible
Él es así, lo hace a veces. Sin que nadie sepa muy bien cuándo o por qué, Facebook dispara, y luego … Va, luego ni pregunta ni nada, ya te apañarás.
Es rápido y letal. De hoy para mañana, no solo apagan todos tus campañas, también te cierran la cuenta. A veces para siempre. Con suerte no, contactas unas cuantas veces, se hacen de rogar y te la reactivan en unos días.
Pero para entonces la mesa está vacía.
Sí, todo los jugadores han vuelto a sus asuntos, tus cartas están pisoteadas en el suelo, y el dinero ha volado.
“The End”
Facebook se ha ganado su fama en el oeste online, pero hay otros pistoleros peligrosos.
Google no es tan rápido, igual no afina tanto la puntería, pero nadie maneja un revólver de calibre tan grueso, nadie.
Le llaman “Algoritmo”, y Google también lo ofrece al mejor postor.
Puedes contratarlo si quieres, pero yo que tú no le daría la espalda. Conviene que sepas que Algoritmo tiene sus propios planes. Los tuyos no, los suyos.
Así que, no debería extrañarte que un día salgas a la calle y lo veas cubriéndole la espalda a un recién llegado. Y si el forastero ha venido a quedarse con tus pastos, ya puedes ir sacando tu ganado, o se lo quedará también.
Es otra forma de volverte invisible.
Y bueno, está claro que el salvaje oeste no es lugar para blandengues. Aunque sigue siendo la tierra de las oportunidades.
La persona de esta historia no es blandengue, y tenía una carta guardada. Tenía la lista, y era suya, su lista.
Sí, cuando Facebook decidió que no le gustaba y le hizo invisible, estaba en la fase de hacer crecer su lista.
La lista le salvó
Había sido inteligente, claro que había contratado pistoleros, pero no los puso a defender el rancho, les pagaba para hacer crecer su propia lista, solo la lista. Y la lista era suya, él la custodiaba.
Esa vez el lanzamiento no fue lo que esperaba, claro, al menos pudo pagar a todo el mundo y aún le quedó algo.
Eso sí, la siguiente vez fue mucho mejor. Porque, da igual lo que decida Facebook o Google, la lista sigue siendo suya. Su lista.
Esa es su historia. ¿Cuál será la tuya?
¿En manos de quién vas a dejar la prosperidad de tu rancho?
Tú decides amigo.
Esto que tengo aquí es para que puedas trabajar bien tu lista.